Melodías que no puedo seguir.
La emoción es como un escapararte rebosante de luz, un teléfono donde una voz casi imprevista está alterada en otro lugar, al otro lado del auricular.
La ilusión es ligera y tenue, que poco a poco se alimenta.
Es un río descontrolado con corrientes alteradas.
A veces, la ilusión es pasajera, y los ilusos (como yo) incurables.
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