Más silencio...


Bajo el humo de mi cigarro a medio consumir se despojan los cuerpos. Se hunden sus prendas y los besos caen rendidos a la ilusión.
Las palabras quedaron en los bares relegadas, no tienen cabida fuera de ellos, y amenazan. Sólo basta utilizar dos o tres que revelen inteligencia, otras cuantas que encuentren sonrisas y un gesto que las palpe.
Y en el regreso a casa sólo silencio. Silencio que no es necesario cautivar. Silencio para no destruir el esquema de perfección aparente ya creado.
Era de espera que el otoño cayera de repente de los árboles, pintando las aceras mientras se acerca la lluvia y apaga con vehemencia sus hojas.
Y en ese caos de insomnio y vela, de horas inundadas, de minutos sin equilibrio, de segundos de silencios, me acabo dando cuenta de que el día no comienza hasta que le doy el primer sorbo a ese café amargo de la facultad y sin embargo me hace poco a poco más adicta a la cafeína.
O será que me he vuelto adicta al cielo de Granada, a las aceras casi siempre abarrotadas de gente, o a las jarras de cerveza que se vacían demasiado deprisa.
Y acabo perdiendo un poco más la cabeza.
. . .
Son los restos de saliva escarcha en la piel
cuando no acierto a recordar artimañas, melosas proposiciones,
el olor a noches todavía presentes bañadas de un algo
que tu llamarías amanecer,
son vidrios húmedos las miradas cuando decaen las pasiones,
son cartón piedra los recuerdos,
solo la nada prevalece...
Intento beber de ella, paladear su esencia,
ser un cupido de plástico a los ojos del amor,
golpe a golpe esculpirme
con humo de tabaco desvanecerme... 

[Kutxi Romero]

1 comentario:

  1. Me gusta mucho esa entrada.
    No he leido mas de tu blog, pero me da buena impresion, No se quien es K Romero ese, pero ese poema es precioso.

    Saludos

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