El corazón se derrumba, triste. Las sombras delatan suspiros aún no exhalados. Es oscuro cuando se muere algo en el interior...
Mas existen algunas cosas eternas, y hasta el carcelero bien lo sabe. Mañana saldrá el sol.
Llegará pronto, o tarde, o justo a tiempo. Y reiré.
¡Llaves! ¡Quién las quiere, cuando mi corazón ganará la fuerza de cien colosos!
Y romperé esa celda fría, para hacer de ella mis hermosas alas de experiencia...
Y llegaré más bella, como el ave fénix, a despertar de la tristeza y ¡vivir!
pues me di cuenta de que, con todo, jamás dejé de observar el horizonte...

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