- ¿Y cómo te fue?
- Estuvo bien.
- ¿Volverás a verla?
- No lo sé. No la he llamado.
- Eres un aficionado.
- Sé lo que estoy haciendo.
- Sí…
- Sí. No se preocupe está controlado. Esa chica es bonita, lista divertida… Distinta de las otras que he conocido.
- Pues llámala, Romeo.
- ¿Para qué? ¿Para que me dé cuenta de que no es tan lista?, ¿de qué es tope aburrida? No sé, esa chica ahora es perfecta y no quiero estropearlo.
- Quizás lo que te preocupe es que tú dejes de ser perfecto. Te has montado una filosofía perfecta. De ese modo podrás pasar toda tu vida sin conocer a nadie de verdad…
- Estuvo bien.
- ¿Volverás a verla?
- No lo sé. No la he llamado.
- Eres un aficionado.
- Sé lo que estoy haciendo.
- Sí…
- Sí. No se preocupe está controlado. Esa chica es bonita, lista divertida… Distinta de las otras que he conocido.
- Pues llámala, Romeo.
- ¿Para qué? ¿Para que me dé cuenta de que no es tan lista?, ¿de qué es tope aburrida? No sé, esa chica ahora es perfecta y no quiero estropearlo.
- Quizás lo que te preocupe es que tú dejes de ser perfecto. Te has montado una filosofía perfecta. De ese modo podrás pasar toda tu vida sin conocer a nadie de verdad…
Mi mujer se tiraba pedos cuando estaba nerviosa. Tenia esos pequeños detalles que la hacían maravillosa. Se tiraba pedos mientras dormía, una vez soltó uno tan fuerte que despertó al perro, ella se despertó y dijo ¿Has sido tu?, y le dije –Si.
Lleva muerta 2 años y solo recuerdo estas tonterías, son maravillosas sabes, estos pequeños detalles son una de las cosas que me hacen falta, las pequeñas idiosincrasias, como yo las llamaba, la convertían en mi mujer y ella sabia muchas cosas sobre mi, conocía todos mis pecaditos, la gente llama a estas cosas defectos pero no lo son, son lo mejor. Nosotros escogemos a quien dejamos entrar en nuestro mundo.
No eres perfecto amigo, y voy a ahorrarte el suspense, la chica que conociste tampoco lo es. Lo único que importa es que seáis perfectos como pareja. Esa es la clave.
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