The heart ask pleasure first...


La nana del piano, dejando vibrar las cuerdas. 
Profundos sonidos. Vuelta a empezar. 
El parpadeo ligero y exquisito de las teclas. 

Una melodía despreocupada, pero suspicaz a la vez, 
creada para mis oídos desafinados.
Estremecedora, capaz de embrujarme...

Armonía elegante, pero llena de vitalidad, 
incomparable con la grandeza.

Dulce delicadeza en mis sueños, 
al palpitar en mi corazón, 
al compás de tus teclas negras. 
"Sólo las teclas negras".


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