Nostalgia otoñal.

Un cosquilleo desagradable, que aparece cuando menos me lo espero, me despierta para decirme: "se acabó el invierno". Y tacho el día de cruel e insensible, por arrebatarme los guantes, las bufandas y el vaho, incluso la lluvia en intervalos.

La primavera pronto empezará a hacer con los cerezos lo que yo quisiera hacer contigo, mientras mi sangre se altera, y yo quisiera criarme en tierra de mareas. Sí, porque "las mareas lo significan todo, lo controlan todo, el humor, las estaciones, la época de plantar, de pescar, de aparearse... Es primitivo, relojes biológicos sonando por todas partes", haciendo que parezca un bonito modo de vivir. Quizás tan solo añore los colores del Otoño.

Querido Marzo, sólo sé que no quiero que cierres el invierno, ni que te metas en la sala de máquinas para cambiar los motores que encienden la primavera, mientras suenan canciones tristes. 

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