Hablo. Hablo de elefantes de circos y de recorridos con
parada en el Palacio de Congresos. Hablo de los Tres Mosqueteros y D’Artagnan,
de espadas con hojas afiladas y revólveres de pequeño calibre. Hablo de diferentes
épocas. Hablo de la memoria de los peces, y sus tres segundos que consiguen
recordar. Hablo de envidia. Pero sobre todo, hablo de mi memoria compuesta por cicatrices y colillas apagadas.
¿Que todo te sale del revés? Entonces empieza por el final. Seguro que así las cosas salen mucho mejor.
ResponderEliminarY de odio hablamos todos, que es el dialecto natural del ser humano.
Un saludo! :)
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