Qué más da, si al final todo me sale siempre bien... del revés.


Hablo. Hablo de elefantes de circos y de recorridos con parada en el Palacio de Congresos. Hablo de los Tres Mosqueteros y D’Artagnan, de espadas con hojas afiladas y revólveres de pequeño calibre. Hablo de diferentes épocas. Hablo de la memoria de los peces, y sus tres segundos que consiguen recordar. Hablo de envidia. Pero sobre todo, hablo de mi memoria compuesta por cicatrices y colillas apagadas.

1 comentario:

  1. ¿Que todo te sale del revés? Entonces empieza por el final. Seguro que así las cosas salen mucho mejor.

    Y de odio hablamos todos, que es el dialecto natural del ser humano.

    Un saludo! :)
    http://unreflejoenlaventana.blogspot.com

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