Tener desnuda la muñeca
sin un tic-tac que marque el ritmo y la hora del autobús, sin prisas, sin
pausas, como a mí me gusta. Recorriendo las calles de Granada paso a paso,
oliendo el romero que las gitanas intentan darme a cambio de unas monedas en la
puerta de la Catedral.
Y sólo necesito un poco de
lluvia. Con algunos planes bajo cubierta y otros empapados sería imposible
pensar. Justo eso.
Incluso desear que todo
pare, que sólo se escuchara el sonido de mi flauta, o las teclas de algún piano
cualquiera. Y que mi clave de sol siga bailando.
Sin que los tonos de la
ropa se trastornen y sin tener que andar en sepia en una película en blanco y
negro.
Disfrutar de los besos que
me regala el cielo aunque llueva (ojalá lloviera) y entretenerme con mi
cigarro, mientras devoro la prisa de la multitud.
eS pReCiiOsO... :) ME EnCaNtA tU bLoG :)
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