Buscar la música entre tanto ruido...

Ojalá miles de gotas de agua flotaran y atravesaran mis sueños de niña, para hacer que luego me sienta mujer.

Tener desnuda la muñeca sin un tic-tac que marque el ritmo y la hora del autobús, sin prisas, sin pausas, como a mí me gusta. Recorriendo las calles de Granada paso a paso, oliendo el romero que las gitanas intentan darme a cambio de unas monedas en la puerta de la Catedral.

Y sólo necesito un poco de lluvia. Con algunos planes bajo cubierta y otros empapados sería imposible pensar. Justo eso.

Incluso desear que todo pare, que sólo se escuchara el sonido de mi flauta, o las teclas de algún piano cualquiera. Y que mi clave de sol siga bailando.
Sin que los tonos de la ropa se trastornen y sin tener que andar en sepia en una película en blanco y negro.

Disfrutar de los besos que me regala el cielo aunque llueva (ojalá lloviera) y entretenerme con mi cigarro, mientras devoro la prisa de la multitud.

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