Yo, que sueño con la luna.

Perdí la noción del tiempo hace tanto… 

Todo empezó cuando los domingos ocupaban la posición del lunes en el calendario. Los sábados no me llamaban la atención en este ridículo controlador de minutos.

Todo circula mientra no deje de ceñir lo momentos, no marque el compás de las ilusiones. 

Sin hacer garabatos en cuadernos y difuminarlos cada vez que pido algo más.

Rodando moribunda y cargante entre la luz de un reloj de sol.

¿Quién no escoge otear horizontes con el resplandor suficiente como para que me sorprenda con la extinción del brillo de la luna?

Yo, que sueño con la luna, sigo buscando el perfil de mi sombra que pinta su luz.   

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