¿Qué es poesía?

- ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas tu pupila en mi pupila azul. 
-¿Qué es poesía? ¿Y tu me lo preguntas? Poesía... eres tú.

Yo, que sueño con la luna.

Perdí la noción del tiempo hace tanto… 

Todo empezó cuando los domingos ocupaban la posición del lunes en el calendario. Los sábados no me llamaban la atención en este ridículo controlador de minutos.

Todo circula mientra no deje de ceñir lo momentos, no marque el compás de las ilusiones. 

Sin hacer garabatos en cuadernos y difuminarlos cada vez que pido algo más.

Rodando moribunda y cargante entre la luz de un reloj de sol.

¿Quién no escoge otear horizontes con el resplandor suficiente como para que me sorprenda con la extinción del brillo de la luna?

Yo, que sueño con la luna, sigo buscando el perfil de mi sombra que pinta su luz.   

Le fabuleux destin d'Amélie Poulain

Amélie tiene de repente la extraña sensación de estar en total armonía consigo misma. En ese instante todo es perfecto: la suavidad de la luz, el ligero perfume del aire, el pausado rumor de la ciudad. Inspira profundamente y la vida ahora le parece tan sencilla y transparente que un arrebato de amor, parecido a un deseo de ayudar a toda la humanidad, la empapa de golpe.

El sueño de la muerte.

Eso no es la muerte, sino los muertos o lo que queda de los vivos. 
Esos huesos son el dibujo sobre que se labra el cuerpo del hombre; la muerte no la conocéis, y sois vosotros mismos vuestra muerte, tiene la cara de cada uno de vosotros y todos sois muertes de vosotros mismos; la calavera es el muerto y la cara es la muerte y lo que llamáis morir es acabar de morir y lo que llamáis nacer es empezar a morir y lo que llamáis vivir es morir viviendo, y los huesos es lo que de vosotros deja la muerte y lo que le sobra a la sepultura. 
Si esto entendiérades así, cada uno de vosotros estuviera mirando en sí su muerte cada día y la ajena en el otro, y viérades que todas vuestras casas están llenas della y que en vuestro lugar hay tantas muertes como personas, y no la estuviérades aguardando, sino acompañándola y disponiéndola. 
Pensáis que es huesos la muerte y que hasta que veáis venir la calavera y la guadaña no hay muerte para vosotros, y primero sois calavera y huesos que creáis que lo podéis ser.
[Franciso de Quevedo]

No... no me arrepiento.

Y tus ojos, tus pétalos de luz,

aquellos ojos que resumían el estío,

vasijas de pureza,

agonizan de sombra en su prisión de nieve

y de silencio.

El mundo es una catedral helada.

[Luis Alberto de Cuenca]
...Soy músico y amo en clave de sol...
...Lejos, nos separo el viento del destino. Siento que en la distancia aun estas muy cerca...

Y en la oscura habitación necesito oír tu voz...

¿Podría considerar la idea de volver al principio de todo?
 Cuando hizo que me convirtiera en la persona que soy. 
Cuando podía abandonarlo todo... cuando no importaba nada más.
¿Merecería la pena luchar de nuevo? ¿Luchar, posiblemente, en vano?
Lo más probable es que acabe echa polvo.

Nada es distinto. Por eso pediré más de lo mismo... hoy.

He guardado los secretos en el último cajón de la izquierda.
Y he dejado de darle vueltas a un deseo que hacía días que me rondaba por la mente.
Encendiendo mecheros y apagando cigarros.
Lapido vuelve a meterse a las cuatro de la mañana en una habitación donde habita el silencio.
Únicamente lanza ocho versos al oído y me embriaga, descolocando todas las piezas del rompecabezas.

Tócala Sam, por los viejos tiempos...

- ¿Dónde estabas esta mañana? 
- No recuerdo, hace demasiado tiempo de eso. 
- ¿Qué harás esta noche? 
- Nunca hago planes con tanta antelación.

Soy de esas...

Soy de amanecer con señales de las sábanas en la cara... es ley de vida. Soy de agobiarme en la época de exámenes.
Soy de las que no pueden dormir la noche de reyes. De las que desayunan tostadas y de las que dan los buenos días a lo Debbie Reynolds,
Soy de cantar a gritos canciones de Nightwish y de las que encienden un cigarro al aire libre cada noche.

Yo soy tu ángel de música...

En sueños me cantó y vino a mí, mi nombre pronunció, yo lo sentí. ¿Es esto un sueño más o al fin te vi?
Fantasma de la Ópera ya estás, ya estás aquí.

Si cantas junto a mí, mi gran poder, influjo sobre ti, podra crecer .
Querras huir de mí, dejarme atrás. La sombra del fantasma siempre en ti... en ti verás.

Quien vio tu rostro ya, con miedo huyó. Yo soy tu máscara.

Tu genio yo.

Tu espíritu y mi voz, un mismo ardor. 
Fantasma de la Ópera ya estás en mi interior.

Es el fantasma de la Ópera.

En mí, fantasma de la Ópera.

Canta para mí, canta mi ángel de la música.
Canta ángel mio, canta para mí, canta mi ángel, canta para mí.