Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar.
SI NO ME BESAS AHORA MISMO ME
PONGO A GRITAR...
PONGO A GRITAR...
Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como… no sé como describirlo, como una de esas personas a las que le gusta la luna o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol.
Seguro que sabes de qué gente estoy hablando… o tal vez no.
Da igual, a ti te gusta estar así, desafiando al frío, sintiendo como el agua empapa tu camiseta y te moja la piel, y notar como la tierra se vuelve mullida bajo tus pies... y el olor, y el sonido de la lluvia al golpear las hojas.
Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído.
Esta eres tú, quién lo iba a decir… tú.
MI VOZ.
He nacido una noche de verano
entre dos pausas. Háblame: te escucho
He nacido. Si vieras qué agonía
representa la luna sin esfuerzo.
He nacido. Tu nombre era la dicha.
Bajo un fulgor una esperanza, un ave.
Llegar, llegar. El mar era un latido,
el hueco de una mano, una medalla tibia.
Entonces son posibles ya las luces, las caricias,
la piel, el horizonte,
ese decir palabras sin sentido
que ruedan como oídos, caracoles,
como un lóbulo abierto que amanece
(escucha, escucha) entre la luz pisada.
entre dos pausas. Háblame: te escucho
He nacido. Si vieras qué agonía
representa la luna sin esfuerzo.
He nacido. Tu nombre era la dicha.
Bajo un fulgor una esperanza, un ave.
Llegar, llegar. El mar era un latido,
el hueco de una mano, una medalla tibia.
Entonces son posibles ya las luces, las caricias,
la piel, el horizonte,
ese decir palabras sin sentido
que ruedan como oídos, caracoles,
como un lóbulo abierto que amanece
(escucha, escucha) entre la luz pisada.
Vicente Aleixandre.
Poema XIV
Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
lo que la primavera hace con los cerezos.
[Pablo Neruda]
No es mucho pedir...
Cualquiera que no necesite razones para pedirme perdón y que pueda ponerme nerviosa de vez en cuando.
Que conozca la sensibilidad de mi espalda y que sepa que prefiero dormir boca abajo.
Alguien que sepa seguirme el juego y pueda bajar las escaleras de dos en dos.
Que abandone las costumbres para amoldarnos a un nuevo reloj.
Alguien que me busque con la mirada en un lugar concurrido. Que sepa que no me gusta el olor de la canela.
Que me despierte diciendo "buenos días" a las ocho de la tarde, y que pueda dormir envuelto en mis sueños.
Alguien que no quiera pronunciar la palabra magia por si desaparece su encanto… pero que me la susurre al oído sin pensarlo dos veces antes de hacerlo.
Alguien capaz de enseñarme que no hay dos días iguales, a pesar de que siempre deambulamos por las mismas calles y los mismos bares.
Cualquiera con el que pueda perder el norte. Sin brújulas. Que pueda enseñarme las constelaciones que conoce y pueda traerme alguna estrella sin nombre de vez en cuando.
Que no sea demasiado pesimista ni exageradamente optimista y que pueda ver ciertas películas por mí.
Alguien que baile conmigo bajo la lluvia y alguien que pueda dibujarme. Cualquiera a quien pueda cantarle, o quizás componerle una melodía.
Alguien que nunca diga mi nombre, pero que me llame siempre.
Que pueda agarrar una maleta y esperar un tren sin destino.
Alguien que se crea mi suerte y mis casualidades.
Pero sobre todo, cualquiera que esté siempre muy, muy cerquita, que sea capaz de girar únicamente con mis caprichos, al menos de lunes a jueves, y que pueda sonreírme los 365 días del año.
El indomable Will Hunting.

Miguel Ángel, lo sabes todo, vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual. Lo que haga falta.
Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina, nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto.
Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina, nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto.
Si te pregunto por las mujeres, supongo que me darás una lista de tus favoritas. Puede que hayas echado unos cuantos polvos.
Pero no puedes decirme qué se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad.
Eres duro. Si te pregunto por la guerra, probablemente citarás algo de Shakespeare, "de nuevo en la brecha, amigos míos", pero no has estado en ninguna.
Nunca has sostenido tu mejor amigo entre tus brazos esperando tu ayuda mientras exhala su último suspiro.
Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto, pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos, no has pensado que Dios ha puesto un ángel en la Tierra para ti, para que te rescate de los pozos del Infierno, ni que se siente al ser su ángel al darle tu amor, darlo para siempre, y pasar por todo: por el cáncer.
No sabes lo que es dormir en un hospital durante dos meses cogiendo su mano porque los médicos vieron en tus ojos que el término "horario de visitas" no iba contigo.
No sabes lo que significa perder a alguien, porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo.
Dudo que te hayas atrevido a amar de ese modo.
Te miro y no veo a un hombre inteligente y confiado, veo a un chaval creído y cagado de miedo.
Eres un genio Will, eso nadie lo niega.
Nadie puede comprender lo que pasa en tu interior.
En cambio presumes de saberlo todo de mi porque viste un cuadro que pinté y rajaste mi puta vida de arriba a abajo.
Eres huérfano ¿verdad? ¿Crees que sé lo dura y penosa que ha sido tu vida, como te sientes, quién eres porque he leído "Oliver Twist"? ¿Un libro basta para definirte?
Personalmente, eso me importa una mierda porque ¿sabes qué? no puedo aprender nada de ti, ni leer nada de ti en un maldito libro.
Pero si quieres hablar de ti, de quién eres, estaré fascinado, a eso me apunto, pero no quieres hacerlo, tienes miedo. Te aterroriza decir lo que sientes.
En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando.
Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos.
Yo, más humilde soy... y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente...
Yo, más humilde soy... y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente...
Maneras irresistibles que mantienen el rumbo...
De pronto aparece el silencio, ese al que nadie muestra interés alguno. Y es entonces, lejos, donde (y cuándo) no estoy yo, ni nadie, únicamente el silencio.
Y me veo sumergida en este torbellino de vacío, de nada.
Engañada por mi mente en este viaje imperceptible, capaz de ver una infinidad de apariencias a la deriva en un condenado caos.
Silencio, calma, vacío, nada.
Un mundo sin un ápice de luz, sin voz. Sin poder correr hacia ningún lugar (o hacia todos), quizás lugares sin nombre.
Y aún no entiendo por qué se evaporan las lágrimas ante la catástrofe que me traen los segundos en el momento en que me pierdo entre el vacío de mis entrañas.
Podría dejarme llevar por la multitud que camina por las aceras cuando asalta la noche, cuando podría ser una compositora de la sinrazón.
Es probable que tirar los dados en un tablero y jugar al azar sea lo más fácil, o incluso controlar la solución a mi antojo que luchar y enfrentarme al fracaso.
Rociarme de aire o de noches estrelladas o de rock...
Podría ser la dueña de mis pasos, de los senderos intransitables y recrearme en los sueños imposibles.
Podría deambular con una voz que alcance el cielo, con unos ojos capaces de otear el arcoíris.
¿Podría cambiar el velo de mi alma por acero inoxidable?
Me encierro en el olvido. Sin recordar cambian las estaciones.
Mirar como queriendo seguir en el mismo lugar.
Y llueve de mil formas diferentes.
Abrazarme a un solo segundo para ver que merece la pena abalanzarme a la nada con la piel desnuda.
Recogiendo los disparos del miedo, la sacudida del tiempo y sus segundos, y las cien alboradas de frío…


"Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es poque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. La vida es esto, la niebla."
[Miguel de Unamuno]
[Miguel de Unamuno]
Muchas veces tenemos por amor lo que es verdadera desgracia...
He mirado al sol con cara de no haber dormido y me pregunto que se ha jodido, que ya nada es igual...He decidido darle portazo a otra fase de mi vida, que es buen momento para iniciar otra partida. En la cadena he colocado otro eslavón...
Me he dado cuenta que es más sincero ser falso con uno mismo que no asfaltar con los recuerdos del camino, ahora me queda convencer al corazón...
Quiero que seas el que baila cuando llueve y des abrazos cuando pierdas los papeles que seas tan claro como un pacto con el mal...
Hacer la hoguera que nos renueve y destruya los rincones a ver la vida con ojos de colores ¿No te das cuenta que no quieres tú cambiar?...
Una llamada me basto para sanarme. Oir tu voz fue para mi el mejor jarabe. Ya no me duele; tan sólo quiero bailar...
Me he dado cuenta que aunque en la vida aparezcan nubarrones daremos saltos, bailaremos sin temores y te agradezco que me enseñes a mirar...
Mirando al cielo puedo ver que aquel azul no iba a volver. Da igual que pienses si en mi vida ya no cabe la ilusión...
En un instante oír tu voz, de nuevo he vuelto a ser yo y he decidido ¡¡Que el que mande siempre sea el corazón!!
Cuando tus palabras se esparcen debajo de mi almohada, y se acumulan los días de agosto en la sombra de los árboles...
TITANIC...
-Dime que algún día iremos a esos paraísos perdidos, aunque solo sea por soñar despiertos...
-Claro que iremos. Beberemos cerveza barata, montaremos en la montaña rusa hasta acabar vomitando, y pasearemos a caballo por la playa... pisoteando las olas...
EL SILENCIO DEL MAR - MARIO BENNEDETTI
El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas.
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas.
Ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas,
nuestras sospechas no lo dejan.
la muerte azul de las medusas,
nuestras sospechas no lo dejan.
El mar escucha como un sordo,
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes.
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes.
Nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos,
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas,
o en calles que se cierran en más calles,
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme.
ni que conjuro deja en mis tobillos,
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas,
o en calles que se cierran en más calles,
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme.
La Roca
- Hoy he tenido un día muy interesante. - Yo también he tenido un día muy interesante.
- De acuerdo empieza tú.
- Unos terroristas han enviado un paquete bomba que hemos tenido que desactivar antes de que volara toda la oficina. Así que me he tomado el resto del día libre, y aquí estoy, relajándome con la guitarra.
- Vaya.
- De verdad, cariño, El mundo se está yendo al infierno a toda leche. Cualquiera que se plantée traer un niño a este mundo está cometiendo un acto de crueldad. Perdona, ¿Qué me cuentas tú, cielo?
- Estoy embarazada.
- ¿Cómo dices?
- Que estoy embarazada.
- Jejeje... ¿En serio ?
- Sí.
- ...¡Uau !
- ¿Eso es todo lo que se te ocurre decir? ¿Uau?
- ¿Embarazada ?
- De 3 semanas.
- Bueno, ¿y como lo sabes?
- Azul. Se volvió azul, así que fuí al médico y me lo ha confirmado. Lo que has dicho no iba en serio, ¿verdad?
- ¿Cuando?
- Ahora mismo, cuando has dicho que traer a un niño al mundo era un acto de crueldad.
- Bueno... en aquél instante iba en serio.
- ¡¿En aquél instante?! ¡Por favor, lo has dicho hace 7 segundos!
- Bueno... ¡Dios... desde entonces han ocurrido muchas cosas!
ALGUNOS HOMBRES BUENOS...
Vivimos en un mundo que tiene muros y esos muros han de estar vigilados por hombres armados, ¿quién va a hacerlo, tú? ¿Usted teniente Weinberg?
Yo tengo una responsabilidad mayor de la que puedas calibrar jamás. Tú lloras por Santiago y maldices a los marines. Tienes ese lujo, tienes el lujo de no saber lo que yo sé, que la muerte de Santiago aunque trágica, seguramente salvó vidas y que mi existencia aunque grotesca e incomprensible para ti, salva vidas.
Tú no quieres la verdad porque en zonas de tu interior de las que no charlas con los amiguetes, me quieres en ese muro, me necesitas en ese muro.
Nosotros usamos palabras como honor, código, lealtad, las usamos como columna vertebral de una vida dedicada a defender algo, tú las usas como gag, y no tengo ni el tiempo ni las más mínimas ganas de explicarme ante un hombre que se levanta y se acuesta bajo la manta de la libertad que yo le proporciono y después cuestiona el modo en qué la proporciono. Preferiría que sólo dijeras gracias y que siguieras tu camino, de lo contrario te sugiero que cojas un arma y defiendas un puesto. De todos modos, me importa un carajo a que creas tú que tienes derecho.
Vivimos en un mundo que tiene muros y esos muros han de estar vigilados por hombres armados, ¿quién va a hacerlo, tú? ¿Usted teniente Weinberg?
Yo tengo una responsabilidad mayor de la que puedas calibrar jamás. Tú lloras por Santiago y maldices a los marines. Tienes ese lujo, tienes el lujo de no saber lo que yo sé, que la muerte de Santiago aunque trágica, seguramente salvó vidas y que mi existencia aunque grotesca e incomprensible para ti, salva vidas.
Tú no quieres la verdad porque en zonas de tu interior de las que no charlas con los amiguetes, me quieres en ese muro, me necesitas en ese muro.
Nosotros usamos palabras como honor, código, lealtad, las usamos como columna vertebral de una vida dedicada a defender algo, tú las usas como gag, y no tengo ni el tiempo ni las más mínimas ganas de explicarme ante un hombre que se levanta y se acuesta bajo la manta de la libertad que yo le proporciono y después cuestiona el modo en qué la proporciono. Preferiría que sólo dijeras gracias y que siguieras tu camino, de lo contrario te sugiero que cojas un arma y defiendas un puesto. De todos modos, me importa un carajo a que creas tú que tienes derecho.
Ser la Jeanne de Modigliani, sentada, con la mirada perdida, mientras él la convierte en los colores de un lienzo.
"Cuando conozca tu alma, pintaré tus ojos..."
Me encanta pensar que la luna es una gata que cautiva hasta el tono más frío. Hoy lo ha hecho.
Y sólo cuando las fuentes lanzan licores que terminan ardiendo de madrugada. Escuece, supongo.
El extraño olvida su nombre. Y yo el mío. El sueño no se dilata. Tiene demasiado corta la mecha.
Hablando del tiempo.
De hoy no queda nada, y de mañana tampoco. Seguro. Quizás un anillo sin fecha por detrás o una colilla manchada de carmín en el cenicero.
Curvas y líneas. Sombras.
Lagartijas expuestas como extranjeros al sol. Una escalera de madera que lleva a un precipicio cercano al mar. No está mal.
Nombres grabados en las paredes de las calles.
Persianas bajadas que esconden humo tras ellas.
Una habitación a oscuras donde no corre ni el aire ni la luz. Ventanas con gotas de vaho.
Una voz preciosa susurra una canción en inglés.
Ver arder el alba.
Cambio en el compás y en los acentos. Nuevo ritmo. Ritmo libre.
Hace ya algún tiempo era una tierra de pasión. Ahora “si fuera un rancho, me llamarían tierra de nadie”…
¿Dispuesta? No lo sé.
-Aun después de eso, seguía pensando que salvarías mi vida.
-Lo sé.
-Sería distinto, si solo pudiéramos intentarlo otra vez.
-Recuérdame. Haz todo lo posible. Tal vez podamos.
THELMA & LOUISE
Algo ha cambiado, dentro de mi, ¿sabes? y... no podría volver. No podría. No lo aguantaría.
Hubo una vez un país de caballeros y campos de algodón llamado el Viejo Sur .... Aquí en este bello mundo, la galantería hizo su última reverencia. Aquí se vio por última vez a los caballeros y y a sus damas; al amo y al esclavo ... Sólo está ya en los libros, porque no es más que un recordado, una civilización que el viento se llevó.
Y si me quieres dibujar prefiero el gris...
Pensaba que mi cuerpo se deshacía, dejando que el alma se tendiera en la cama, despreciando cada centímetro de pared que me rodea.
No me apetece caminar sola por la misma calle. No soy capaz de mirar a nadie.
Siempre he preferido los tejados para poder alcanzar el cielo, aunque mis saltos (y yo misma) son demasiado vulnerables como para poder tocar las nubes.
Sabiendo además que a cada lágrima caída, mi voluntad y mis sentidos se debilitan más y más…
Volver a ser ceniza.
En cada movimiento él dolor que crecía en mi era mayor cada segundo.
A veces esa huida es posible entre esas cuatro paredes. Lejos. Otras no.
Y siempre vuelvo de ese paseo por los tejados, dejando de saltar en vano intentando alcanzar las estrellas. No puedo sonreir. Aunque siempre es cuestión de segundos.
Soy consciente de que estoy enganchada a las agujas del reloj, en una continua espera.
He hecho una promesa: no quebrantar nunca más el paso del tiempo y dejar que los recuerdos se perpetúen, pero dejarlos en donde estén.
Me he prometido una nueva luna.
bulle la sangre en mis venas,
cada día al despertarme
me gusta resucitar,
a quien quiera acompañarme
le cambio versos por penas,
bajo los puentes del Sena
de los que pierden el norte
se duerme sin pasaporte
y está mal visto llorar."
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